TEORÍA DE LAS COLISIONES
La
teoría de las colisiones propuesta por Max Trautz y William Lewis en 1916 y
1918, cualitativamente explica como reacciones químicas ocurren y porque las
tasas de reacción difieren para diferentes reacciones.
Esta
teoría está basada en la idea que partículas reactivas deben colisionar para
que una reacción ocurra, pero solamente una cierta fracción del total de colisiones
tiene la energía para conectarse efectivamente y causar transformaciones de los
reactivos en productos. Esto es porque solamente una porción de las moléculas
tiene energía suficiente y la orientación adecuada (o ángulo) en el momento del
impacto para romper cualquier enlace existente y formar nuevas.
La
cantidad mínima de energía necesaria para que esto suceda es conocida como
energía de activación.
Partículas
de diferentes elementos reaccionan con otras por presentar energía de
activación con que aciertan las otras. Si los elementos reaccionan con otros,
la colisión es llamada de suceso, pero si la concentración de al menos uno de
los elementos es muy baja, habrá menos partículas para otros elementos
reaccionar con aquellos y la reacción irá a suceder mucho más lentamente.
Con la
temperatura aumentando, la energía cinética media y velocidad de las moléculas
aumenta, pero esto es poco significativo en el aumento en el número de
colisiones.
La tasa
de reacción aumenta con la disminución de la temperatura porque una mayor
fracción de las colisiones sobrepasa la energía de activación.
La
teoría de las colisiones está íntimamente relacionada a la cinética química.
Los
átomos de las moléculas de los reactivos están siempre en movimiento, generando
muchas colisiones (choques). Parte de estas colisiones aumentan la velocidad de
reacción química. Cuantos más choques con energía y geometría adecuada exista,
mayor la velocidad de la reacción.
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